miércoles, 9 de febrero de 2011

APRENDIZAJE COLABORATIVO

LIC. EDITH OLIVARES MANRIQUE
MAESTRÍA EN DOCENCIA UNIVERSITARIA – UCV

El aprendizaje colaborativo es un método de aprendizaje que implica la interacción activa de los integrantes de un grupo para un fin determinado, comprometiéndose a un trabajo coordinado entre todos. Este tipo de aprendizaje aparece desde los años 70 y hace referencia al postulado de Vygotski, porque se valora el trabajo que realiza un estudiante con los demás.
El trabajo colaborativo incrementa la autoestima del estudiante, su bagaje intelectual por el intercambio de información y experiencia entre otros compañeros, así mismo influye en el rendimiento académico en forma positiva, pues el estudiante tiene otro enfoque al analizar diferentes puntos de vista con sus compañeros sobre un mismo tema, mejorando significativamente la resolución de problemas y, a la vez, fomenta la responsabilidad de asumir roles y la forma de organizarse en grupos.
Así como el hombre, es un ser eminentemente social, también el aprendizaje tiene carácter social donde el lenguaje juega un papel importante como instrumento de mediación entre sus compañeros. Los estudiantes aprenden a explicar, justificar y argumentar sus ideas a otros, rompen barreras de inhibición para desarrollar valores como armonía, concordia, cooperación y trabajar con creatividad e innovación, En otras palabras, se enfoca en el aprendizaje constructivista. El grupo es considerado como agente social, cuya función es enseñar, transmitir conocimientos y educar.
Como se puede apreciar, este método es una reacción en contra de la enseñanza tradicional, al redimensionar el papel activo del alumno en las estructuras grupales de la escuela y en consideración a ello el grupo es un "contexto social" que debe garantizar la reproducción del ambiente natural de la sociedad con la cual la escuela debe establecer nexos duraderos y estables.
El equipo de trabajo colaborativo, es una estructura básica que permite la máxima interacción de sus miembros, muy idónea para alcanzar objetivos inmediatos. La interacción que surge como fruto del trabajo deja en cada uno de sus participantes un nuevo aprendizaje. La colaboración implica la interacción entre dos o más personas para producir conocimiento nuevo, basándose en la responsabilidad por las acciones individuales en un ambiente de respeto por los aportes de todos y un fuerte compromiso con el objetivo común.
El clima socio – psicológico que propicia el aprendizaje colaborativo se establece a través de la articulación y la necesidad de explicarle al grupo las ideas propias de forma concreta y precisa, de esta forma también los estudiantes pueden escuchar diversas inquietudes, puntos de vista y reflexiones. Los miembros del grupo deben necesitarse los unos a los otros, confiar en el entendimiento y el éxito de cada integrante, además de considerar aspectos de interdependencia en el establecimiento de metas, tareas, recursos, roles y premios. Sumado a la interacción y el intercambio verbal entre los integrantes del grupo, movilizados por la interdependencia positiva.
El contacto permite realizar el seguimiento y el intercambio entre los diferentes miembros del grupo; el estudiante aprende de ese compañero con el que interactúa día a día, o él mismo le puede enseñar, cabe apoyarse y apoyar, en la misma medida en que se posean diferentes medios de interacción, el grupo podrá enriquecerse, aumentar sus refuerzos y retroalimentarse.
La actividad vivencial del grupo debe permitir a cada miembro de éste el desarrollo y potencialización de sus habilidades personales; de igual forma da la posibilidad de crecimiento del grupo, a lo que se suma la obtención de habilidades grupales como: la escucha, la participación, el liderazgo, la coordinación de actividades, el seguimiento y la evaluación del proceso de aprendizaje.
El aprendizaje colaborativo como recurso didáctico, acude al principio de la socialización del conocimiento que recaba la capacitación de los estudiantes para realizar actividades en conjunto a fin de desarrollar la solidaridad y el intercambio. Este tipo de aprendizaje, refiere la planeación previa de la clase, teniendo claros los objetivos educativos que desea lograr, implica además el uso de estrategias de aprendizajes no convencionales o tradicionales, significa hacer uso del carácter activo del estudiante y el grupo, esto conlleva a que el profesor tenga una mayor dosis de creatividad.
El docente, en cambio, tiene que diseñar cuidadosamente la propuesta, definir los objetivos, los materiales de trabajo, dividir el tópico a tratar en subtareas, oficiar de mediador cognitivo en cuanto a proponer preguntas esenciales y subsidiarias que realmente apunten a la construcción del conocimiento y no a la repetición de información obtenida y, finalmente, monitorear el trabajo resolviendo cuestiones puntuales individuales o grupales según sea el emergente. Muchas veces, después de una práctica habitual de esta estrategia, el límite entre lo que corresponde al alumno y lo que corresponde al docente se desdibuja y es entonces cuando pueden ser los alumnos los que elijan los contenidos y diseñen en gran parte la forma de encarar la investigación del grupo.
Elementos básicos para propiciar el aprendizaje colaborativo

Interdependencia positiva. Consiste en promover la necesidad de “trabajar juntos” entre los miembros de un grupo. Para ello el maestro propone una tarea clara y un objetivo grupal. Este elemento es clave porque abarca las condiciones organizacionales y de funcionamiento del grupo. El lema de la Revolución Americana sintetiza esta idea: “Juntos, nos mantenemos en pie; divididos, nos derrumbamos”.

Responsabilidad individual y grupal. El grupo asume unos objetivos y cada miembro es responsable de cumplir con la parte que le corresponda. La participación debe ser equivalente entre todos para que no exista el individualismo y todos formen parte de la construcción del aprendizaje.

Interacción estimuladora. La interacción debe darse, preferentemente, cara a cara; en una relación estrecha y a corta distancia. Los miembros trabajan juntos en una tarea donde el éxito es compartido, así como los recursos existentes. Se ayuden, respalden y alienten unos a otros.

Actitudes y Habilidades personales y grupales. Se refiere a la “competencia social” que deben tener los miembros del grupo; es decir las formas de comportamiento individuales e interpersonales. Individuales: disposición hacia el trabajo, capacidad de adaptación, capacidad de intervención. Interpersonales: disposición a la cooperación, honradez, rectitud, altruismo y espíritu de equipo.

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